miércoles, 19 de mayo de 2010

Morir es Ganancia


Para mí... el morir es ganancia. Fil. 1.21


Qué extraño! En un mundo donde se nos enseña a obtener todo tipo de ganancias a través de casi cualquier forma, la manera más inadecuada e impensable de lograrlo es a través de la muerte propia. Morir como medio de ganancia es un absurdo. Morir no es ganancia.. Al menos, para los ojos de este mundo, morir es una lamentable pérdida. Una pérdida irreparable. De hecho, esa es la frase que se usa para referirse a la muerte de alguien.
En nuestra sociedad, la muerte es la peor de las pérdidas, ya que la percibimos como el enemigo invencible, quien cuando se presenta, no sólo nos llena de temor y angustia, de desesperación y sobresalto, sino que es un enemigo ante quien inevitablemente terminamos derrotados cada uno de sus oponentes.
Pero el apóstol Pablo insiste: “morir es ganancia”. ¿Cómo es que puede afirmar semejante idea? La respuesta es sencilla y se encuentra exactamente en la frase anterior del mismo versículo. Morir es ganancia solamente para aquellos que pueden afirmar que el vivir es Cristo. Es decir, sólo aquellos que han recibido una nueva vida a través de una relación vibrante por la fe en Jesucristo no sólo han recibido el perdón de sus pecados, sino también han asegurado la vida eterna junto a él. El futuro ahora contrasta totalmente con la vida aquí en la Tierra, una vida amenazada por el sufrimiento, la angustia, la enfermedad y la confusión. Entonces, la muerte no es sino la antesala a la verdadera vida que será nuestra por los siglos de los siglos. Sólo de esta manera es posible entender que el morir es ganancia.
Si morir es la mejor ganancia para el cristiano, entonces podemos cobrar ánimo y gozo al considerar las siguientes realidades:
• la situación de hoy no es el fin de la historia,
• hay una vida infinita e indescriptiblemente mejor que la que tenemos hoy,
• lo mejor apenas está por venir,
• la verdadera vida reservada para nosotros está después de la muerte,
• podemos y debemos vivir HOY con esperanza.

Sí; el morir es ganancia porque morir en Cristo significa estar CON Cristo y finalmente, un día ser COMO Cristo.
¿Hay algo mejor?

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